«Abandonar el monocultivo y el pensamiento industrial»: Un estudio demuestra que la biodiversidad agrícola es beneficiosa para las personas y el planeta
Autor: Dr. Joseph Mercola
Visto en: childrenshealthdefense.eu
Un nuevo estudio de explotaciones agrícolas diversas de todo el mundo pone de manifiesto que las granjas y los pastos pueden lograr importantes beneficios sociales y medioambientales trabajando «menos como fábricas» y «más como ecosistemas naturales sanos»
La historia de un vistazo:
- La biodiversidad agrícola puede ser el «secreto» milenario no sólo para aumentar el rendimiento de los cultivos y mejorar la seguridad alimentaria, sino también para proteger el planeta.
- Según los datos de 24 estudios realizados en 11 países que abarcan un total de 2.655 explotaciones, la agrodiversidad tuvo «resultados beneficiosos para todos», tanto para la sociedad como para el medio ambiente.
- En las explotaciones que utilizaban estrategias de diversificación se observaron beneficios sociales como el bienestar humano, el rendimiento de los cultivos y la seguridad alimentaria, además de ganancias medioambientales como la mejora de la biodiversidad.
- El estudio reveló que la combinación de ganado aumenta la cantidad de alimentos que produce la explotación, reduce los daños al suelo y disminuye la contaminación ambiental.
- Los beneficios eran mayores cuando se utilizaban múltiples estrategias de diversificación a la vez y se aplicaban a todos los tipos de explotaciones.
La agricultura industrializada se caracteriza por el monocultivo, es decir, la producción de un solo tipo de cultivo en una gran superficie, temporada tras temporada. Aunque se dice que es eficiente y rentable, esta simplificación excesiva de los sistemas agrícolas conlleva importantes inconvenientes que ponen en peligro la salud humana y el medio ambiente.
La diversificación, en cambio, puede ser el «secreto» milenario no sólo para aumentar el rendimiento de los cultivos y mejorar la seguridad alimentaria, sino también para proteger el planeta.
«Si observamos cómo funcionan los ecosistemas, no se trata sólo de plantas que crecen solas; no son sólo los animales o el suelo, son todas estas cosas trabajando juntas», afirma Zia Mehrabi, profesora adjunta de Estudios Ambientales de la Universidad de Colorado en Boulder, en un comunicado de prensa.
La profesora Mehrabi y sus colegas realizaron un estudio que demostraba que la biodiversidad agrícola tenía «resultados beneficiosos para todos», tanto para la sociedad como para el medio ambiente.
En pocas palabras: «abandonar el monocultivo y el pensamiento industrial y diversificar la forma de cultivar merece la pena», afirmó Laura Vang Rasmussen, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y autora principal del estudio.
Un estudio histórico revela los grandes beneficios de la agrodiversidad
A partir de los datos de 24 estudios realizados en 11 países, que abarcan 2.655 explotaciones, los científicos revelaron cinco estrategias de diversificación que producen resultados positivos para las personas y el planeta:
- Inclusión y diversificación de la ganadería.
- Diversificación de cultivos, incluida la rotación de cultivos y los cultivos de cobertura.
- Conservación del suelo y gestión de la fertilidad, como la aplicación de compost.
- Plantas no agrícolas, incluidos los setos.
- Conservación del agua mediante ´técnicas como la agricultura de contorno.
La última técnica citada, la agricultura en curvas de nivel o de contorno, por ejemplo, es una técnica agrícola en la que los cultivos se plantan siguiendo los contornos naturales del paisaje en lugar de en líneas rectas. Este método es especialmente útil en terrenos en pendiente, ya que ayuda a reducir la erosión del suelo al ralentizar el agua de escorrentía y permitir que penetre en el suelo en lugar de arrastrarlo. Al plantar a lo largo de las curvas de nivel, los agricultores pueden crear barreras naturales que atrapan el agua y reducen la velocidad a la que ésta se desplaza por la superficie.
Los setos, por su parte, son líneas de arbustos o árboles densamente plantados que suelen utilizarse como límites entre distintas secciones de terreno. Se han utilizado durante siglos en la agricultura, sobre todo en Europa, para marcar los límites de las propiedades, contener al ganado y proporcionar cortavientos para proteger los cultivos. Además de mejorar la biodiversidad de los paisajes agrícolas al proporcionar una variedad de especies vegetales y sustentar distintos tipos de vida silvestre, los setos ayudan a reducir la escorrentía agrícola, filtran los contaminantes y mejoran la calidad del agua de los arroyos y ríos cercanos.
El uso de múltiples estrategias de diversificación produjo los mayores beneficios
En las explotaciones que utilizaron estrategias de diversificación se observaron beneficios sociales como el bienestar humano, el rendimiento de las cosechas y la seguridad alimentaria, además de ganancias medioambientales como la mejora de la biodiversidad.
Los beneficios fueron mayores cuando se utilizaron múltiples estrategias de diversificación a la vez y se aplicaron a todos los tipos de explotaciones. «El grupo descubrió que los agricultores y ganaderos pueden obtener muchos más beneficios si emplean varias soluciones agrícolas a la vez en lugar de una sola cada vez», informó la Universidad de Colorado.
«Para la profesora Mehrabi, el estudio revela una nueva visión de la alimentación en todo el mundo: una en la que las granjas y los pastos funcionen menos como fábricas para producir calorías y más como ecosistemas naturales saludables».
Es más, el estudio abarcó explotaciones agrícolas de todo el planeta, desde pequeñas granjas en el África rural hasta plantaciones en el sudeste asiático y granjas a gran escala en Norteamérica y Europa. «Lo sorprendente es que el efecto positivo de añadir múltiples prácticas de diversificación tiene lugar en contextos muy diferentes», afirma Mehrabi. «Funciona en explotaciones industriales de EE.UU. y en pequeñas explotaciones de maíz de Malawi».
La mitad de las explotaciones del estudio utilizaban alguna forma de integración ganadera, en la que animales y cultivos se crían juntos dentro de la misma explotación agrícola. Entre sus ventajas está el reciclaje de nutrientes, ya que los desechos animales constituyen una rica fuente de abono orgánico para los cultivos, mejorando la fertilidad del suelo sin necesidad de fertilizantes químicos. La integración de la ganadería es también una forma natural de controlar las malas hierbas y las plagas. Las ovejas y las cabras, por ejemplo, pueden pastar sobre las malas hierbas, y el pastoreo tiene el beneficio añadido de mejorar la estructura y la aireación del suelo. El estudio reveló que la integración del ganado aumenta la cantidad de alimentos que produce la explotación, reduce los daños al suelo y disminuye la contaminación ambiental.
Como señaló la Universidad de Colorado,
«En muchos casos, según Mehrabi, las explotaciones más diversificadas pueden reportar beneficios adicionales porque pueden capear mejor catástrofes naturales como sequías u olas de calor. En otros casos, los aspectos positivos son más sutiles. Si los pequeños agricultores cultivan árboles frutales entre sus cosechas, por ejemplo, pueden comerse ellos mismos esos plátanos o papayas mientras venden el resto de la cosecha».
La Revolución Verde dio paso a una agricultura industrializada con efectos negativos
La Revolución Verde, que tuvo lugar entre las décadas de 1940 y 1960, se caracteriza por el aumento de la producción agrícola en todo el mundo. Fue decisiva para la implantación de la agricultura industrializada, incluida la ingeniería genética, los monocultivos, y el aumento del uso de fertilizantes y pesticidas sintéticos. La degradación del suelo, la reducción de su fertilidad, la contaminación por productos químicos y el aumento del consumo de agua forman parte del legado de esta revolución.
Según el estudio presentado,
«Históricamente, los artífices de la Revolución Verde se ocuparon sobre todo de mejorar los cultivos y desarrollar insumos agronómicos para aumentar el rendimiento de los cultivos básicos y responder a las necesidades de seguridad alimentaria. Sin embargo, sus políticas se centraron en simplificar los sistemas agrícolas, lo que trajo consigo importantes repercusiones medioambientales negativas como la contaminación, y efectos secundarios sociales como el endeudamiento de los agricultores, la reducción de la diversidad en la dieta de la población, y la disminución de la resiliencia. Esto ha conducido a llamamientos generalizados para cambiar la política de desarrollo agrícola con el fin de abordar los efectos secundarios negativos mediante la implementación de sistemas de biodiversidad agrícola».
El Informe Corbett explica además por qué la llamada Revolución «Verde» sirvió para hacer más ricos a los oligarcas mientras amenazaba a los agricultores y al medio ambiente:
«Fue John D. Rockefeller III quien, siendo miembro del Consejo de Administración de la Fundación Ford, convenció a sus compañeros oligarcas para que se unieran a la «Revolución Verde» fundando el Programa de Agricultura Intensiva por Distritos en la India, que exacerbó la disparidad entre los ricos terratenientes feudales y los pobres campesinos agricultores.
Y luego, por supuesto, está el trabajo de los Rockefeller en África, que hoy toma la forma de la Alianza para una Revolución Verde en África [AGRA, por sus siglas en inglés]. El objetivo manifiesto de AGRA es ‘elevar la voz única africana’ a la escena mundial. Todo suena muy bien, hasta que descubres que 200 organizaciones se han unido para denunciar la alianza y sus actividades. Sostienen que el grupo no sólo ha ‘fracasado inequívocamente en su misión’, sino que en realidad ‘ha perjudicado esfuerzos más amplios para apoyar a los agricultores africanos’.»
AGRA, organización financiada por la Fundación Bill y Melinda Gates, se puso en marcha en 2006 con fondos de la Fundación Gates y la Fundación Rockefeller. Es esencialmente una filial de la Fundación Gates y la mayoría de sus objetivos se centran en promover la biotecnología y los fertilizantes químicos. Después de más de una década, la influencia de AGRA ha empeorado significativamente la situación en las 18 naciones africanas objeto de este empeño «filantrópico». Bajo la dirección de AGRA, el hambre ha aumentado en un 30%, y la pobreza rural se ha incrementado drásticamente.
Durante nuestra entrevista, Robert F. Kennedy Jr. señaló:
«Él [Gates] consiguió que los países africanos pasaran de la agricultura tradicional a los monocultivos de OMG [organismos modificados genéticamente], vendiéndoles que esto forma parte de la globalización, que atraería a grandes corporaciones que comprarían sus productos, les darían dinero en efectivo y elevarían su nivel de vida. Esa era la promesa. Pero ocurrió exactamente lo contrario. Ha sido una calamidad absoluta para la gente de África. Creo que hay 30 millones de personas más que han pasado a padecer inseguridad alimentaria como resultado directo de la Revolución Verde de Gates, pero Gates y sus empresas se han forrado. Tras cada esfuerzo filantrópico que hace siempre hay algún beneficio económico para él y su fundación».
Vivir en armonía con la naturaleza hace prosperar la biodiversidad
La agrodiversidad se basa en la convivencia armónica con la naturaleza y la creación de ecosistemas prósperos y autosuficientes. Algunos agricultores también han aprendido a aprovechar los beneficios medioambientales naturales de la fauna que les rodea, incluso los castores, que a menudo se consideran erróneamente plagas.
Hace siglos, unos 200 millones de castores mantenían un «exuberante edén de arroyos, riachuelos, estanques, lagos y ríos entrelazados», según relata la escritora Roberta Staley en Modern Farmer. Pero a medida que sus pieles pasaron a ser objeto de comercio, su número disminuyó, al igual que su inestimable contribución al medio ambiente.
Staley cuenta la historia de Jon Griggs, gerente del rancho Maggie Creek de Elko (Nevada). Los arroyos de este rancho de 200.000 acres se secaron después de que los castores fueran expulsados de la propiedad por talar árboles y obstruir las acequias. Entonces, Griggs se asoció con la Oficina de Gestión de Tierras y se reintrodujeron los castores, con lo que se restableció el equilibrio del ecosistema no sólo en el rancho sino en las tierras públicas circundantes.
Esto es lo que refirió Staley:
«En primer lugar, se restringió el acceso del ganado a los lechos de los arroyos durante los periodos de crecimiento de primavera y verano, lo que permitió que volvieran a crecer la maleza y la hierba. Como resultado, los arroyos empezaron a ensancharse, enfriarse y hacerse más profundos. Los sauces arraigaron, creando un ecosistema que podía sustentar a los castores, que consumen esas especies leñosas.
Griggs vio cómo una nueva generación de Castor canadensis empezaba a rediseñar el paisaje construyendo presas, creando estanques de agua que conservaban la nieve derretida y la docena de centímetros de precipitaciones anuales. La humedad creó oasis verdes de media milla de ancho que emanaban de los arroyos. El pastoreo se amplió. El ganado disponía de más agua potable y de mejor calidad. Las truchas florecieron. Los arroyos fluían todo el año».
Staley también entrevistó al propietario de un rancho de 10.000 acres que incluye un bosque nacional en Idaho. La principal fuente de agua de la zona -el arroyo Birch- se secó, pero se recuperó cuando se soltaron castores. Los castores no sólo restauraron una fuente de agua crucial para el ganado del rancho, sino que también provocaron el aumento de otros animales salvajes como reptiles, aves acuáticas, insectos y mamíferos.
Otra poderosa lección sobre cómo la naturaleza puede resolver muchos de los problemas medioambientales que la agricultura moderna ha creado.
Superar los obstáculos a la biodiversidad agrícola
El estudio de Science reconoce que existen obstáculos financieros y de otro tipo para muchos agricultores interesados en adoptar prácticas agrícolas más diversificadas. Hay subvenciones públicas, pero en su inmensa mayoría están orientadas a apoyar programas industrializados a expensas de la biodiversidad y de los pequeños agricultores.
La Universidad de Colorado explicó:
«Los gobiernos ya gastan enormes sumas para amortiguar la industria agrícola. Algunos países, por ejemplo, subvencionan a los agricultores para que puedan cultivar productos que requieren mucha agua en zonas donde no llueve mucho. Ese dinero podría ser mejor gastado, dijo Mehrabi, en ayudar a los agricultores a diversificar.»
Los puntos de vista y opiniones expresados en este artículo son los de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de Children’s Health Defense.
Publicado originalmente por Mercola.