Pacto de futuro: la ONU y el FEM impulsan un cerebro digital mundial

Fuente: De Andere Krant

Autor: Karel Beckmann

Traducción: FP para OVALmedia

Los líderes mundiales se reunirán en Nueva York del 20 al 23 de septiembre para celebrar la «Cumbre del Futuro». Allí, si todo va según lo previsto, bajo los auspicios del Secretario General de la ONU, António Guterres, firmarán el «Pacto para el Futuro», que incluye un «Pacto Digital Mundial». Según el investigador sueco Jacob Nordangård, esto no es ni más ni menos que un plan de la élite para establecer un Cerebro Digital Mundial, con el que esperan controlar a la población de todo el planeta. No cree que lo consigan. «Es un plan demencial. No creo que funcione».

Jacob Nordangård es un académico sueco de 55 años, con los pies en la tierra, músico de rock duro y padre de dos hijos, que vive en la pequeña ciudad de Norrköping, a hora y media al sur de Estocolmo. Obtuvo su doctorado en estudios científicos y tecnológicos en la Universidad de Linköping, después enseñó en la Universidad de Estocolmo, pero dejó el mundo académico en 2020. «Allí no toleran a la gente con mis ideas. Y creo que es moralmente incorrecto vender mentiras. Así que me fui». Ahora vive de sus libros, sus conferencias y su Substack. No es una existencia lucrativa, reconoce.

Nordangård habló recientemente en Roelofarendsveen en una conferencia de Clintel, el centro de pensamiento crítico sobre el clima de los Países Bajos. El investigador sueco es especialista en análisis de redes, lo que los grandes medios de comunicación llaman «pensamiento conspirativo». Su libro más reciente, „Rockefeller – Controlling the Game“, se publicó en abril de este año. En él traza la influencia que la Fundación Rockefeller y el Fondo de los Hermanos Rockefeller ejercen en la política mundial hasta nuestros días. «Esa influencia va mucho más allá de lo que la mayoría de la gente cree», afirma en declaraciones a De Andere Krant. «También de lo que yo mismo me di cuenta en el pasado. Investigué en profundidad todo tipo de procesos de toma de decisiones, por ejemplo en la UE. Si empiezas a indagar en eso, siempre acabas con los Rockefeller».

La razón por la que Nordangård fue invitado por Clintel es que su investigación sobre los poderes ocultos del mundo comenzó con el dossier climático. «Cuando era estudiante, militaba en los Verdes. Estaba muy en contra de la influencia de las ‘grandes empresas’. Empecé a investigar el tema del clima, pero descubrí que no hay ninguna ciencia seria detrás. Los profesores mayores que conocí tampoco creían en ello. Entonces empecé a preguntarme de dónde venía toda la narrativa climática. Descubrí con sorpresa, en parte gracias al trabajo pionero de F. William Engdahl, que eran precisamente las grandes compañías petroleras, y ONG como la Fundación Rockefeller, fundada por el icono del petróleo John D. Rockefeller, las que habían puesto esto en la agenda».

En su tesis doctoral de 2012, publicada con el título «Ordo ab chao: The political history of biofuels in the European Union», Nordangård demuestra, entre otras cosas, que el científico del clima Roger Revelle recibió financiación de la Fundación Rockefeller a finales de la década de 1950 para investigar la teoría del efecto invernadero potenciado (la idea de que las emisiones humanas de CO2 provocan un peligroso calentamiento global). Al Gore hace referencia a Revelle en su famosa película alarmista sobre el clima Una verdad incómoda. Pero, ¿por qué iban a estar interesados los Rockefeller en promover el alarmismo climático? Su objetivo, dice Nordangård, es la formación de un «gobierno global eficiente», es decir, un gobierno mundial. El cambio climático es una amenaza global que justifica la intervención en todas las actividades económicas de todos los habitantes de la Tierra. «La élite globalista está especializada en crear crisis», explica. «Lo suyo es siempre la gestión de crisis. Una crisis ofrece oportunidades para ejercer el poder, así como para ganar dinero. Por eso siempre están asustando a la gente, ya sea con el cambio climático o con un virus».

Sin embargo, lo que vemos que está ocurriendo en el mundo ahora mismo es único, dice Nordangård. Estamos en un momento en el que los globalistas intentan hacerse con todo el poder mundial. Para ello, quieren utilizar la «Cumbre del Futuro», que se celebrará en Nueva York en septiembre.

En esta cumbre mundial, en la que se espera a todos los líderes de los Estados miembros de la ONU, además de las llamadas partes interesadas, partidos como el Foro Económico Mundial (FEM), debería darse un paso decisivo hacia una nueva forma de Naciones Unidas (ONU 2.0), tal y como se esboza en el informe Nuestra Agenda Común presentado por Guterres en 2021. Esta ONU 2.0 parece muy diferente de la antigua ONU, señala Nordangård. En ella subyacen 11 políticas que deberían conducir, entre otras cosas, a un sistema financiero completamente nuevo, una transformación de la educación mundial, una «plataforma de emergencia» global para «gestionar» y prevenir las crisis mundiales y, lo más importante, un «Pacto Digital Global» con una «identidad digital» para cada ciudadano del mundo. Bill Gates aportó otros 200 millones de dólares para el Pacto Digital Mundial en septiembre de 2022.

En conjunto, Nordangård describe estas propuestas como un «proyecto de cerebro mundial» basado en la «digitalización total del mundo». Es una idea que no vino de un día para otro, explica el sueco. Uno de los primeros en esbozar tal „utopía“ de gobierno mundial fue el escritor británico de ciencia ficción H.G. Wells. Muchos «futuristas» siguieron sus pasos. El plan también encaja a la perfección con el Great Reset y la «Cuarta Revolución Industrial» anunciados por el presidente del FEM, Klaus Schwab, en junio de 2020, acompañado por Guterres. El FEM (las multinacionales) y la ONU concluyeron una «asociación estratégica» en 2019 para alinear sus planes para un nuevo orden mundial.

La cuestión es si los globalistas lograrán hacer realidad sus planes megalómanos. Por ejemplo, ¿no será la encarnizada lucha entre Occidente y Rusia, junto con la rápida expansión de los BRICS y el advenimiento de un orden mundial multipolar, un obstáculo? Nordangård no está tan seguro. «Rusia y China también participan en el Pacto para el Futuro», afirma. «No hay que olvidar que la Agenda 2030 también se debate regularmente en el seno de los BRICS. Rusia y China también están en el G20, un club al que se presta poca atención pero que se reúne más de 100 veces al año y colabora estrechamente con la ONU. Al mismo tiempo, el FEM es muy activo en China, por ejemplo con el Young Global Leaders, que ahora se llama New Champions Meeting. A finales de junio se celebró en Dalian, China, la reunión anual de esta Reunión de Nuevos Campeones«.

Entonces, ¿aceptarán sin más los estadounidenses, que ahora son el partido más poderoso del mundo, la dilución de su poder en un gobierno mundial? Nordangård señala que el destacado geoestratega estadounidense Zbigniew Brzeziński, en su influyente libro de 1997 „The grand chessboard“ (El gran tablero de ajedrez), ya preveía que habría una era «postestadounidense» en la que Estados Unidos ya no llevaría la voz cantante por sí solo. Nordangård: «Los globalistas como Brzeziński son conscientes de que el imperio global estadounidense es finito. Ya miran hacia adelante, hacia la época que vendrá tras el fin de la hegemonía estadounidense. Consideran que es tarea de EEUU ayudar a construir el nuevo sistema mundial.»

Nordangård sí considera posible que no todos los Estados miembros de la ONU acepten sin más una ONU 2.0. Para superarlo, dice, los promotores ya han puesto en marcha un plan B, que prevé la creación de una nueva organización internacional. Entonces, ¿es inevitable el advenimiento de una dictadura totalitaria globalista? Nordangård no lo cree así. Está convencido de que los globalistas no tendrán éxito. «No creo que su sistema pueda funcionar. Requeriría un enorme aparato de control. Piensa en la energía que se necesitaría. Los globalistas proclaman mentiras. Al final, la verdad siempre triunfa«.

Para más información, consulte el Substack de Jacob Nordangård:

drjacobnordangard.substack.com/p/the-great-reset-a-global-public-private

Para un artículo completo de Nordangård sobre el «cerebro mundial» por el que luchan la ONU y el FEM, véase The Solari Report, May 2024, solari.com

El Pacto para el Futuro

El documento político „The pact for the future“ esboza los contornos del nuevo orden mundial globalista. Incluye las siguientes propuestas:

– La creación de una «plataforma de emergencias»: una organización mundial para hacer frente a emergencias y crisis (gestión de conmociones mundiales).

– Un sistema en el que todo lo que haga la gente se evalúe «en relación con la salud del planeta». Las puntuaciones se mostrarán en «marcadores». En otras palabras, un sistema de crédito social.

– Un Pacto Mundial Digital, en el que todos los ciudadanos del mundo tengan acceso a Internet y dispongan de una identificación digital. El plan prevé la creación de sistemas de control para contrarrestar la información no deseada.

– Una reforma del sistema financiero mundial que implique la creación de una institución paraguas para toda la economía mundial. Este organismo se describe vagamente como un organismo vértice. Apex significa «cima» en inglés.

– Desarrollo de tecnologías espaciales para vigilar el «sistema Tierra» y «detectar riesgos».

– Controlar las redes sociales para detener la difusión de información perjudicial.

– Una «nueva agenda para la paz».

– La transformación de la educación: los profesores pasarán de ser docentes pasivos a activistas comprometidos con el «cambio».

– Se trabajará con los jóvenes para «presionar a las instituciones».

– Habrá unas Naciones Unidas 2.0: la ONU tendrá nuevas capacidades en «datos, innovación, digitalización, previsión y ciencias del comportamiento».

– Un «defensor del pueblo» para las «generaciones futuras».