Excluidos de las Olimpiadas «inclusivas“

Autor: Ido Dijkstra

Fuente: De Andere Krant

Traducción: FP para OVALmedia

Joao Chianca quería participar en los Juegos Olímpicos de París con una tabla de surf con una imagen de la bandera brasileña y de la mundialmente famosa estatua de Jesús de Río de Janeiro, es decir, la Torre Eiffel de Brasil. Al surfista brasileño se le comunicó de antemano que sería descalificado si se presentaba en la salida con esa tabla. «Cristo es una figura religiosa y los Juegos tienen la estricta norma de permanecer neutrales, según me dijeron en el COI», declaró Chianca.

Uno de los «compromisos» del Comité Olímpico Internacional, que figura en el sitio Olympics.com, es «utilizar los Juegos Olímpicos para hacer que la sociedad sea más integradora». Contener la libertad de expresión de un adulto, ¿es inclusivo? Bueno, las reglas son las reglas. Entonces leemos en la Regla 50 de la Carta Olímpica del COI: «Ninguna forma de manifestación o propaganda política, religiosa o racial» está permitida en las sedes olímpicas. Está claro. Mientras tanto, el COI ha inundado todo París olímpico de propaganda woke y de la Agenda 2030. Incluso se ha montado una casa sostenible del Orgullo Olímpico para «luchar contra todas las formas de discriminación». Hacer distinciones basadas en creencias religiosas aparentemente no es discriminación.

Durante la ceremonia inaugural, de más de tres horas de duración y cargada de religiosidad, los organizadores lanzaron de cabeza la Regla 50 al Sena, con una blasfema versión lgbtq de La Última Cena. En ella, Jesucristo come por última vez con sus seguidores antes de ser traicionado por Judas y entregado a una autoridad con la brújula moral rota. Pilatos, digamos el Macron de la época, hace elegir al pueblo: ¿el asesino Barrabás o todavía el hombre que ejecuta al pueblo en la cruz? Jesús tenía como mensaje duro pero pacífico para todos: renunciad a esta decadencia moral o pereceréis. Sabemos cómo acabó con él.

Muchos ciudadanos que no creen en la Biblia también ven el vínculo con la actualidad. ‘¿Por qué esta propaganda lgbtq en un acontecimiento deportivo?’, se preguntan. ¿Qué tiene que ver con la cultura francesa? El cuadro de La Última Cena del italiano Leonardo da Vinci no está en el Louvre, sino en Milán. ¿Por qué Jesús y no Mahoma, Buda o Darwin?

Tras la protesta, la organización pidió disculpas y retiró todas las imágenes de sus redes sociales. El director artístico queer de la ceremonia inaugural, Thomas Jolly, juzgó que quería representar una benévola bacanal griega. En una entrevista previa había dicho que su obra sería «un acontecimiento muy significativo». Así que su declaración era tan inverosímil como la especificación de su género.

Las alusiones a La Última Cena eran inequívocas. La mujer gorda del centro que supuestamente representaba a Jesús, Barbara Butch, se delató a sí misma en Instagram y tiene un tatuaje de Jesús en forma de calavera y huesos en el brazo. Para los entendidos en simbología, incluso había tres veces seis luces en los segmentos del decorado: 666. Y aunque todo fuera una coincidencia, había motivos de sobra para un enfado justificado: una menor de edad se tocó sensualmente delante de todo el mundo.

Así, de forma satánica, se burló abiertamente de la fe de unos 2.400 millones de cristianos. Cualquiera que todavía crea en los abusivos pasos en falso, necesita un baño de realidad. Es inconcebible que el gobierno francés -que convirtió París en una ciudad vigilada– no revisara brevemente el guión de la inauguración en cuanto a su contenido.

Lo irónico, sin embargo, es que la historia de la inclusión del COI se ha convertido en realidad en una historia sobre la exclusión. De hecho, el mensaje del Jesús inclusivo, al que no se permitió subirse a la tabla del surfista brasileño, es: «Mis brazos están abiertos de par en par, morí por todos vosotros». Sí, eso incluye ciertamente al bailarín con el testículo fuera de sus pantalones cortos demasiado ajustados, al extraño pitufo azul, a la burlona Barbara Butch y al blasfemo y mentiroso Jolly. El Salvador sigue abierto para ellos con los brazos abiertos, pero presumiblemente preferirían saltar a lomos del caballo cetrino con el jinete apocalíptico que galopó por el contaminado Sena «totalmente por accidente».

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