Auriculares con inteligencia artificial para niños autistas: ¿Una terapia prometedora o una apuesta arriesgada?
Fuente: childrenshealthdefense.eu
Autora: Suzanne Burdick, The Defender
Los auriculares de neurorretroalimentación que utilizan inteligencia artificial pueden ayudar a los niños con autismo y TDAH a regular la actividad cerebral. Pero los críticos afirman que esta tecnología puede normalizar la vigilancia y aumentar la exposición de los niños a radiaciones inalámbricas nocivas.
Publicado originalmente el 08 mar 2024, The Defender, Suzanne Burdick, Ph.D.
Los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y autismo podrían beneficiarse del uso de unos auriculares digitales que utilizan inteligencia artificial (IA) para entrenar sus ondas cerebrales, según la empresa vendedora.
PigPug, compañía diseñadora de auriculares inalámbricos, afirma que este artefacto está «transformando la salud mental infantil con neurorretroalimentación potenciada por IA para niños con TDAH y autismo».
Los auriculares EEG de la compañía miden la actividad eléctrica del cerebro de los niños y proporcionan información en tiempo real que, según afirman, ayuda a que el cerebro de los niños funcione de una manera determinada.
Pero los críticos que hablaron con The Defender expresaron su preocupación por el uso de la IA para ayudar a los cerebros de los niños.
El doctor Brian Hooker, director senior de ciencia e investigación de Children’s Health Defense (CHD) y padre de un niño autista, se mostró «cautelosamente optimista» sobre el producto de PigPug, pero «receloso ante este tipo de tecnologías«.
Según Hooker, hay estudios que demuestran que las técnicas de neurorretroalimentación pueden ser eficaces para tratar el autismo y el TDAH. Pero, añadió, «no veo que la parte de IA de su técnica se haya probado adecuadamente».
Laura Hanson, practicante acreditada de neurorretroalimentación y quiropráctica, que ha tratado a niños y adultos durante más de 15 años, se mostró de acuerdo.
Hanson, que también es terapeuta del neurodesarrollo y especialista en autismo con una acreditación en lectura de EEG cuantitativos (llamados QEEGS), dijo que está leyendo «El cerebro adoctrinado: cómo defenderse con éxito del ataque global a tu libertad mental». «Estoy realmente preocupada por el impulso de la IA», dijo a The Defender. «Está sucediendo algo en nuestro mundo actual que está tratando de apoderarse de cómo pensamos».
Vitali Karpeichyk, CEO y cofundador de PigPug, comentó a The Defender que «ha luchado» contra el autismo desde la infancia. Dijo que fundó la empresa por su pasión por ayudar a los niños con TDAH y autismo «a vivir una vida mejor».
Hanson cree que las «intenciones de Karpeichyk son buenas», pero le preocupa que el uso de auriculares digitales pueda normalizar la vigilancia del cerebro -un tema candente en el Foro Económico Mundial celebrado el año pasado en Davos (Suiza )- y exponer a los niños a radiaciones inalámbricas nocivas.
Michael Pierce, neurólogo quiropráctico titulado desde hace casi 30 años, tiene preocupaciones similares.
Pierce, que forma parte de la Junta Americana de Neurología Quiropráctica y de la Junta Internacional de Certificación QEEG, declaró a The Defender que ha llegado a creer que existen «fuerzas nefastas» alineadas con el «complejo médico industrial» que pretenden reducir la población en África, India y otros lugares. «No puedo permitir que ignoremos el hecho de que incluso la neurorretroalimentación -cualquier intervención sanitaria- podría ser usurpada por esas personas para esos propósitos», señaló.
¿Cómo funciona la neurorretroalimentación?
La terapia de neurorretroalimentación, que existe desde hace más de 50 años y no utiliza intrínsecamente IA, se usa como tratamiento no invasivo alternativo a los fármacos para una serie de afecciones mentales, incluido el trastorno de estrés postraumático en veteranos.
Existen al menos 2.500 artículos científicos sobre la terapia de neurorretroalimentación. Funciona conectando la cabeza del paciente a un electroencefalógrafo, que muestra a un médico cualificado la actividad de las ondas cerebrales del paciente.
El médico puede entonces analizar el resultado del EEG para determinar qué zonas del cerebro no están funcionando bien y, con la ayuda del paciente, recomendar intervenciones para cambiar sus patrones de ondas cerebrales.
Mientras permanece conectado a la máquina de EEG, el paciente recibe una señal de respuesta auditiva o visual -como un sonido que aumenta suavemente de tono o volumen, o una pantalla que se vuelve más brillante- conforme su cerebro se aproxima a la actividad de ondas cerebrales deseada.
Los cambios en los videojuegos envían señales al cerebro
Por ejemplo, un niño que utilice los auriculares PigPug -hechos con cuatro electrodos secos activos recubiertos de silicona que captan la actividad de las ondas cerebrales-, podría estar viendo un videojuego en un iPad. El juego se vuelve más brillante cuando la actividad cerebral del niño muestra que está concentrado, explica Karpeichyk. «Ese es el entrenamiento». Mientras el niño reciba la señal en menos de medio segundo, asociará subconscientemente la señal con la actividad cerebral deseada y será más probable que adopte ese comportamiento cerebral.
El Doctor en pediatría Larry Palevsky dijo a The Defender: «Yo no recomendaría que los niños con autismo y TDAH, que ya están de por sí sobreestimulados, estén viendo videojuegos en un auricular conectado a wifi, que va a sobreestimularlos aún más.»
Sin embargo, hay quien afirma que la terapia de neurorretroalimentación puede mejorar la atención, el humor, los hábitos de sueño e incluso la capacidad atlética de las personas.
Las investigaciones sugieren que los cambios realizados durante las sesiones de neurorretroalimentación pueden ser duraderos y, en el caso del TDAH y el autismo, pueden reducir la necesidad de medicación de una persona, afirma Karpeichyk. Tradicionalmente, la neurorretroalimentación se realizaba sobre todo en clínicas, donde los pacientes se conectaban a costosas máquinas de EEG con hasta 256 canales. Karpeichyk espera que los auriculares de su empresa ayuden a los niños con autismo y TDAH de familias sin recursos para acudir a ir a una clínica de neurorretroalimentación.
Muchas clínicas de neurorretroalimentación ofrecen sesiones gratuitas a quienes no pueden pagarlas, replica Hanson. «Ayudar económicamente a la gente [es] un asunto que nos afecta a todos».
Los auriculares digitales de neurorretroalimentación aumentan la exposición a la radiación inalámbrica
Los equipos de neurorretroalimentación no aumentan necesariamente la exposición de una persona a la radiación inalámbrica, dijo Pierce. «Los electrodos pegados a la cabeza son simplemente captadores», explicó. «Simplemente son sensores. No emiten ningún campo electromagnético». La cuestión es si el equipo es cableado o inalámbrico.
Según Karpeichyk, el dispositivo de PigPug se conecta a Internet mediante wifi o bluetooth y funciona con una potencia significativamente inferior a la de los smartphones normales.
Karpeichyk señaló que los padres que quieran reducir la exposición de sus hijos a la radiación inalámbrica deberían utilizar bluetooth en lugar de wifi, porque el bluetooth emite menos energía que el wifi.
Sin embargo, más de una docena de estudios revisados por expertos han demostrado que la exposición a radiaciones inalámbricas de baja intensidad puede abrir la barrera hematoencefálica, lo que sugiere que tecnologías como el bluetooth pueden seguir siendo peligrosas.
Hanson explica que utiliza equipos cableados porque ha tratado a varios adultos previamente sanos que desarrollaron tumores cerebrales después de trabajar en el campo de la informática, en el que llevaban habitualmente auriculares inalámbricos. «Estaban totalmente convencidos de que sus tumores cerebrales los había ocasionado la cantidad de radiación a la que estaban siendo expuestos», añadió.
Los datos de las ondas cerebrales de los niños se suben a la nube
Los datos de las ondas cerebrales recogidos por los auriculares de PigPug se suben a la nube, donde un profesional de la telemedicina puede analizarlos en tiempo real durante una sesión con el niño, explica Karpeichyk.
Según la empresa, PigPug no comparte ni vende los datos a terceros. Utiliza «las mejores» plataformas en la nube -Google Cloud y AWS Cloud- cuando se trata de prevenir a los piratas cibernéticos, dijo Karpeichyk, y está «comprometida a aplicar medidas de seguridad sólidas para minimizar cualquier riesgo de violación de datos.»
Karpeichyk reconoció sin embargo que ningún sistema es totalmente inmune a la piratería informática.
Pierce cree muy probable que PigPug sea comprada más adelante o que cambie su política de privacidad de datos vendiendo los datos de los usuarios, como han hecho muchas otras compañías. «La única forma de saberlo es esperar al futuro y ver qué pasa».
¿Su consejo a los padres que quieran que su hijo reciba neurorretroalimentación? «Busquen a alguien que utilice una base de datos que conozcan y en cuya protección confíen «, sugirió Pierce. El localizador de médicos de la Junta Americana de Neurología Quiropráctica puede ser un buen punto de partida.
Los niños necesitan moverse
The Defender preguntó a Karpeichyk cómo utiliza su empresa la IA en sus auriculares.
Karpeichyk respondió que PigPug emplea el aprendizaje automático -un subconjunto del campo general de la IA- para su contenido de juegos, diagnóstico y formación. El electroencefalograma del niño se utiliza para entrenar una red neuronal que diagnostica y crea programas individualizados. Tras unas cuantas sesiones con el entrenador humano, se da a los niños la opción de continuar con contenidos de entrenamiento personalizados según las necesidades del niño, que se desarrollan mediante aprendizaje automático.
Hanson puso en duda que este entrenamiento sea tan eficaz como trabajar con un profesional humano en una clínica que utiliza equipos de neurorretroalimentación de alta calidad, regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). «No veo que sea equiparable», afirmó.
Karpeichyk comentó que los auriculares de PigPug aún no han sido aprobados por la FDA, pero que la empresa tiene previsto solicitar la autorización.
Hanson también advirtió que la terapia de neurorretroalimentación debe combinarse con otras modalidades, como el ejercicio aeróbico y la nutrición. «Los niños necesitan moverse», señaló. «Así que si únicamente te voy a poner delante de una pantalla y esperar que una herramienta de neurorretroalimentación te conecte correctamente, no la estás utilizando de manera apropiada».
Pierce se mostró de acuerdo y añadió que la desintoxicación de metales pesados es especialmente importante cuando se trata a niños con autismo y TDAH.
¿Llevarán los niños auriculares digitales en el colegio?
Karpeichyk dijo que los niños suelen utilizar los auriculares PigPug durante dos sesiones semanales de 30 minutos en casa, pero que su uso puede aumentar. «Probablemente en el futuro, estos auriculares analizarán la actividad cerebral durante el día… en la escuela».
Si el mercado de dispositivos de neurorretroalimentación para adultos sirve de indicio, puede que ese futuro no esté muy lejos.
Al menos 10 empresas, entre ellas Sens.ai y Muse, venden ya auriculares y diademas de entrenamiento cerebral para controlar y modificar la actividad cerebral de los adultos.
Karpeichyk cree que llevar los auriculares de PigPug ayudará a los niños a tener «una vida mejor y más consciente».
Sin embargo, aún se debate si los dispositivos comerciales de monitoreo cerebral utilizados fuera de los entornos clínicos pueden ayudar o perjudicar a los niños.
En 2019, China puso a prueba diademas de escaneo cerebral en miles de escolares para controlar los niveles de concentración. La prueba piloto se detuvo más tarde cuando los padres expresaron su temor de que los dispositivos pudieran usarse para controlar a los niños e invadir su privacidad. No obstante, en 2020 se llevó a cabo una investigación internacional sobre la medición de las ondas cerebrales de los niños en la escuela.
Hasta la fecha, la investigación sobre el cerebro es una iniciativa destacada de los Institutos Nacionales de Salud.