Alemania: Medios independientes y la cruel realidad
El caso de Billy Six
Billy Six fue arrestado en Venezuela en noviembre de 2018. Este intrépido periodista investigativo había residido en el país durante varios meses, escribiendo artículos muy críticos con la gestión de Nicolás Maduro. A Billy Six no le acusaron de nada en concreto, sino que le retuvieron por ser sospechoso de “terrorismo”, “espionaje” y “traición a la patria” (cargo este último particularmente absurdo, ya que el reportero no es venezolano).
Sin embargo, lo peor para Billy Six no fue el arresto en sí, y ni siquiera su estancia de varios meses en prisión; sino el darse cuenta de que su propio país le daba la espalda: El estado alemán se negó a socorrerlo, le negó cualquier ayuda diplomática. La embajada alemana en Venezuela se desentendió completamente de él, los políticos de Berlín se lavaron las manos y miraron para otro lado. Y ello, habiendo el gobierno alemán siempre predicado los valores de la democracia, los derechos humanos y la libertad de prensa, habiendo previamente realizado campañas por la liberación de periodistas o activistas de muy diversas nacionalidades. Los medios de comunicación convencionales de Alemania también ignoraron inicialmente el destino del compañero preso, hasta que los medios internacionales comenzaron a hacerse eco del asunto.
Más adelante, el estado alemán se justificó diciendo que no quería estropear sus relaciones con Venezuela. Pero esa excusa suena bastante ridícula, si tenemos en cuenta que el estado alemán no tenía en absoluto buenas relaciones con el gobierno de Maduro. De hecho, hasta había una injerencia manifiesta de los políticos alemanes en los asuntos internos venezolanos: Berlín apoyaba explícitamente a opositores como Guaidó.
¿Por qué, entonces, su propio país no hizo nada para liberarlo?
Tal vez porque es un reportero independiente que cuestiona muchos aspectos de la narrativa oficialista: Desde las “primaveras árabes” con invasiones de la OTAN (Libia) hasta la supuesta “pandemia” y la agenda vacunacional que promueve la OMS.
Tuvo que ser el ministro ruso de exteriores Sergei Lavrov quien intercediera ante las autoridades de Caracas para que lo soltaran. Lavrov ya ayudó a Billy Six cuando el periodista fue detenido años antes en Siria. Allí lo arrestaron por haber entrado ilegalmente al país, sin visado. Pero entonces, el estado alemán sí que intercedió por su liberación. En aquel momento el ministro de exteriores era aún Guido Westerwelle, quien se había opuesto a la guerra de Libia.
En Ucrania, país donde también ha estado en varias ocasiones para informar sobre el terreno, Billy Six fue puesto en una “lista negra” por no seguir las consignas del gobierno de Kiev. Otro comunicador occidental que ha tenido problemas en ese país es el chileno-estadounidense Gonzalo Lira (“Coach Red Pill”), en prisión desde mayo acusado de ser “propagandista ruso”.
Pero pese a estar “en el punto de mira” de Kiev, y pese la ayuda diplomática que le brindó Lavrov, Billy Six también ha manifestado su disconformidad con los excesos de Rusia en Ucrania, ya que atrocidades son cometidas en todas las guerras por todos los bandos. Y Billy sigue manteniendo inquebrantable su espíritu crítico e independiente.
Autor: FP
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